jueves, 22 de diciembre de 2011

Cinelandia 3.0. Found Footage de andar por casa

Tercera edición de este TRABAJO FINAL. Cinelandia. 3.0. Nos inspiramos, precisamente, en el libro de Ramón Gómez de la Serna del mismo nombre. Para eso es necesario leer bien las pautas a seguir... y dejarse llevar por lo imprevisto, por el conocimiento, por la imaginación. Se trata de un trabajo demasiado abierto para los que tienen miedo a la libertad creadora, pero aquí no vale dar gato por liebre (¡guau guau!) y quién no se lo curra pierde una bonita oportunidad. Especialemente recomendado para los que saben que el cine no es sólo cine, sino que sus tentáculos gozan de más y más...

INSTRUCCIONES

Se trata de un trabajo personal. UNO NO DEBE SER ACOMPAÑADO. PROHIBIDO. Se trata de encontrarnos con nosotros mismos. Acompañarse de nuestros propios pulmones ya es una tarea difícil.

PASOS A SEGUIR

1. El trabajo se compone de dos partes: una sensorial y empírica (es decir, lo vivimos todo de primera mano, lo olemos, lo tocamos, lo sentimos, siempre mejor con una libreta y un lápiz), y la segunda parte, cuando nos sentamos ante nuestro ordenador, ordenamos nuestras ideas, y le cuento yo al profesor -y al mundo- qué es lo qué he sentido en esta experiencia extra-cinematográfica.

2. Lo primero será saber qué córcholis es un found footage. Una vez que lo sabemos ya podemos lanzarnos al paseo. Ahora habrá que elegir una de las películas que se proyecten en la Filmoteca de Madrid (Cine Doré). Acudir a la Filmoteca y verla, disfrutarla, odiarla, entenderla... ¿Qué me transmite? ¿Qué ha significado para mí? ¿Es extrapolable su experiencia con lo que pasa fuera, en la calle, en la sociedad...? ¡Ojo!: la película la veo en la Filmoteca, no la alquilo ni me la bajo de Internet. Guardo la entrada y la incluyo en el trabajo.



Recomendaciones:

- elegir una película que notemos que denota interés, aquellas de las que sabemos que podremos sacar "chicha".

- se recomienda que una vez elegida la película compreis la entrada unas horas antes en la Filmoteca. No vayáis con el tiempo pegado... que a lo mejor ya no encontráis entrada.

- para ver la programación de la Filmoteca pinchar el siguiente enlace. Se trata de la programación de diciembre, pero en breve subirán la de enero. http://www.mcu.es/cine/MC/FE/CineDore/Programacion.html

3. Ahora continuamos nuestro recorrido. Nos dejaremos "pasear" por el barrio de Lavapiés. Subiendo, bajando, pensando en el barrio que fue, en lo que es, en los que lo pueblan, en el sentido fílmico de la realidad... Pero de repente el cine nos llama otra vez y en la calle San Pedro Mártir debemos de encontrar en una de las paredes "algo" que nos recuerde a "alguien" muy querido por nuestro cine... Y seguimos paseando. ¿Qué ocurre en la Plaza de Lavapiés? ¿Encuentro conexiones con aquella película que vi?

4. El viajero deberá completar su visita acudiendo a una de estas exposiciones: la de Francesca Woodman en Galería La Fábrica (http://lafabrica.com/es/galeria), pasear y contemplar el proyecto de La Tabacalera (http://latabacalera.net/) o cualquier de las exposiciones que alberga el Museo Reina Sofía (http://www.museoreinasofia.es/index.html).

5. Se recomienda al viajero descansar, de vez en cuando, en un banco. Sentarse, pararse... Observar. Cine-Ojo.

6. Se recomienda al viajero que en su IPOD /MP3 o reproductor musical, en varios momentos de este paseo, escuche canciones de alguno de estos artistas: LA MODE, BOCCHERINI, el último disco de David Lynch "Crazy Clown Time", Kate Bush... o vaya usted a saber.

7. Por último se recomienda al viajero que acabe su experiencia tomándose un bocadillo de calamares, unas bravas o unos callos (¡nada, algo ligerito!).



SE TRATA DE...

Observar, olfatear, investigar, encontrar... Relacionar todos los sentimientos. Lo que sentimos al ver el filme, teorizar sobre la realidad. Se trata de vivir un día repleto de experiencias. Somos multi-espectadores. ¿Cómo nos enfrentamos a ello? ¿Encontramos a los protagonistas del filme en alguien con el que nos hayamos topado en la calle? Puedes acompañarte, si lo deseas, de una cámara fotográfica, de vídeo o una grabadora para captar los momentos que quieras. Es una experiencia sinestésica; el cine es mucho más que cine. ¿El cine es vida?

LO QUE TIENE QUE QUEDAR

Un texto de más de 5 hojas contando la experiencia.
Una pieza audiovisual, visual, fotográfica, sonora... de lo mismo.
Un jaleo urbanita de no-te-menees. La experiencia del cine y de la ciudad.


DUDAS Y SUGERENCIAS AQUÍ: ngrijalb@nebrija.es

viernes, 25 de noviembre de 2011

Trabajo de Cine (Nuevo)

* Este trabajo de cine sustituye al anterior, al que tenía que ver con la exposición de la Galería de La Fábrica, que por un error en las fechas, no habéis podido llegar a tiempo para verla. Para elaborar este trabajo tenéis hasta el lunes 12 de diciembre; ese día tendréis que entregarlo al profesor. Es importante tomarse el trabajo en serio, escribir correctamente, con las ideas pensadas, acompañarlo de imágenes, ser creativo y en el caso de usar documentación citar las obras consultadas. Gracias.


UN OBSERVADOR EN LA ESTEPA RUSA

Así se llama tu trabajo. Un observador en la estepa rusa. Coincidiendo con los capítulos dedicados al cine soviético que veremos en la clase de Historia del Cine, los alumnos tendrán que sentirse unos verdaderos observadores -con los ojos, los oídos, el olfato... bien abiertos- y recorrer la extensa exposición que La Casa Encendida presenta bajo el nombre de LA CABALLERÍA ROJA. Quizá la exposición se escapa de los límites de nuestra asignatura, no sólo recorre el impacto de los artistas en la primera época soviética, la de Lenin, sino que luego se centra en la relación entre Stalin y los artistas. Aunque bien interesante toda la exposición, es importante recalcar el papel de las primeras vanguardias en la recién inaugurada Unión Soviética en 1917.

El trabajo consistirá:

- recorrer la exposición con lápiz y papel y anotar todo lo que os llame la atención, todo lo que os guste, lo que os desagrade, lo que os parezca digno de mención o de recordatorio;

- plasmar en un trabajo mis impresiones acerca de lo que he visto, los modelos artísticos que se propusieron, ser críticos, focalizar en los aspectos que más tengan que ver con lo puramente visual o cinematográfico;

- completar el trabajo con una segunda parte. Sabemos y conocemos que el cine soviético, de carácter popular, político, con predominancia del montaje ideológico, así como el resto de artistas de esta época y de este país, eran críticos con el capitalismo más feroz.... Se trata de que busquéis a vuestro alrededor, cerca de vosotros, en los cines más próximos, en las galerías de arte, dos o tres artistas que consideréis que con su arte están interrogando al momento presente. Se trata de que presentéis dos o tres recomendaciones de artistas, no sólo cinematográficos, que pensáis que están experimentando con las texturas, rompiendo barreras, acercándose a esa libertad creadora que tuvieron, sobre todo en sus primeros momentos, las vanguardias.

Como siempre os animo a que os mojéis realmente en este tipo de trabajos. Sólo así los disfrutaréis al máximo, sino se quedan completamente vacíos de significado. Para cualquier duda: ngrijalb@nebrija.es


* LA CASA ENCENDIDA se encuentra en la Ronda de Valencia, nº 2. Consultar horarios en su página web. http://www.lacasaencendida.es/

Los metros más cercanos son Embajadores y Lavapiés, línea 3, la amarilla.

martes, 15 de noviembre de 2011

Trabajo Cine (II)

Queridos amigos,

He aquí la solución al enigma. Una vez que hayáis visto la exposición, que la materia se haya descompuesto -como lo hace el cuerpo humano en el pudridero del tiempo-, necesito que salgáis en busca de vuestro grano fílmico particular. Con una cámara de fotos, digital es más cómoda, analógica es más exacta, buscaréis vuestras propias imágenes alteradas, dándole un caracter de fotograma a vuestras fotografías. Que cada fotografía contenga un relato, cuente una historia, pero no en palabras, sino con las propias imágenes. Rastread la ciudad en busca de sus propios Films.

De esta forma tendremos un corpus de trabajo que llamaremos
'Puntos, Gotas y Lo que está Ahí Fuera'.

Contendrá:

- Un análisis de unas dos hojas sobre la exposición 'Films'. Análisis propio, pensando, triturado...
- Y tres fotografías que contengan esencia de la exposición, tratamiento, contenedor de relatos... Existe la posibilidad de que cada fotografía contenga un pequeño título, un pequeño párrafo que denote lo que esconde esas imágenes....
- Mucho amor y mucho mimo y buena letra.

FECHA TOPE: 30 de noviembre

Atentamente,

Profesor Folkwang.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Trabajo Cine (I)

Queridos alumnos,

Me presento. Soy el profesor Folkwang, investigador de los átomos, las partículas más pequeñas que puedas imaginar, defensor a ultranza de los micro-cuerpos que pueblan este mundo. Mi admirado Paul Graham lo ha conseguido: ha conseguido desembarazar al cine de todo aquello que lo puebla, nos miente, lo decora... El cine, la película física, pura química, descarnada. ¡Alimentaos pues de ellas! Observar como por un mayúsculo microscopio los poderes danzantes de las líneas, sombras, el grano expuesto de la imagen. Cuando un actor os sonría desde la pantalla no lo dudéis: es la más absoluta de las mentiras. El Diablo tienta por la Máscara.

Así que os pido que, como primer paso a vuestro trabajo, acudáis a ver la exposición de Paul Graham, Films, en la Galería de La Fábrica, en Madrid. Aquí tenéis más información http://www.lafabrica.com/es/galerias-exposiciones/25/paul_graham

Os recomiendo que os enteréis bien de los horarios de esta exposición.
Os recomiendo que llevéis lápiz y papel y apuntéis lo que se os venga por la cabeza.
Os recomiendo que vayáis a verla antes del día 26 de noviembre. Más que nada porque luego se diluye como vuestras lágrimas en la lluvia, que dice la película.

Este próximo fin de semana atentos, que vendrá la segunda parte del trabajo.
Todo el trabajo tendrá que entregarse el próximo 30 de noviembre.

Saludos víricos,

Profesor Folkwang

martes, 25 de octubre de 2011

Cine y vida: el voyeur y la memoria (y III)

Es el turno de dos alumnas de Artes Escénicas, de segundo curso. En primer lugar la reflexión de Jimena Aguilar, y a continuación la de Cristina Martínez Pérez.

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Apuntes sobre la seducción

por

Jimena Aguilar
A partir de la escena de la película “Once Upon A Time In America”,  del director Sergio Leone.
El amor prohibido y  la seducción en su máximo apogeo.   La búsqueda de  nuestra propia identidad en caras y cuerpos ajenos,  cautivarnos al sentirnos cautivados.   Es ella, la que se atrae al ser atraída, excitando la vibración del pulso de aquél que la mira.    Es él, cuyo morbo late, quién se ve hipnotizado por su belleza.    Ambos disfrutan el momento.  Él infraganti y ella y su ego narciso escapan en una cápsula.  Se escabullen en su delirio.  Tardan lo que tardan.  Saborean el momento, lo incorrecto.
 Es acero inoxidable hecho caramelo.  
Este encantamiento me evoca a Jean Baudrillard, y su ensayo  De la seducción.  En él se encuentra la siguiente cita, que creo calza perfectamente con la escena vista:
“La máscara evoca a una nostalgia felina y teatral del adorno, a una estrategia y una seducción de las formas rituales que supera cualquier socialidad y que aún nos hechiza.”
Al deconstruir la cita nos damos cuenta de las palabras que la constituyen, y que juntas crean el significado de la misma, en este caso, aplicado a la escena:   
La máscara oculta la verdad cotidiana, y sirve como excusa para caer en el juego de la seducción, para olvidar y sin prejuicios, comenzar a jugar.  Cobra vida la estrategia, la de uno para mirar y la de la otra para ser mirada.  Una danza establece el ritual; lo que hechiza y estremece al espectador; cuya sangre hierve ante tal estímulo. Se convierte en un acto primal, un juego entre animales, la felina que quiere gustar y principalmente gustarse.  Deja entonces de ser un acto solo para el espectador, y se convierte en uno en el que ella disfruta. Evoca la forma más femenina y sensual.  A tan corta edad, estimula una nostalgia de la inocencia perdida, y alimenta una mirada que busca comer más.  Entre adornos y espejos, ella se mira al danzar, disfrutando de sus movimientos, perdiéndose en su propia teatralidad.  Es la lujuria la que abunda, y que fortifica la formalidad social.    Se comienza entonces a intensificar, y cada vez la línea es más delgada entre el sexo y lo sensual.  El acto concluye con la desnudez de ella, una estética perfecta y ondulada. 
¿Es niña o mujer?
(Debo agregar: En el único aspecto que difiero con Baudrillard, es en que la máscara “supera cualquier socialidad”. 
Pienso que en efecto, la máscara es la única forma de poder seducir y que sea socialmente aceptado.  De hecho, creo que utilizamos distintas máscaras para distintas situaciones. No sabemos quién somos, y atravesamos constantemente crisis de identidad.  ¿Cómo exponer lo desconocido? Creo que hay un miedo inminente hacia el revelar el verdadero animal que nos caracteriza.  Por lo tanto, por más “felina” y “atrevida” que sea nuestra máscara, siempre será sólo eso: una máscara, una farsa.  Los verdaderos límites de nuestra personalidad solo podrán ser tocados una vez eliminada la máscara, y esto, pocas veces -por no decir que nunca- sucede.
 ¿Nos conocemos de verdad? ¿Está nuestra personalidad plagada de espejos que reflejan la convención de distintas máscaras? )
“En el corazón del mito cinematográfico, reside la seducción — la de una gran figura seductora, de mujer o de hombre (de mujer sobre todo), ligada a la fuerza capciosa y arrebatadora de la propia imagen  cinematográfica.”
                                                                                                                     -Jean Baudrillard
Como bien dice Baudrillard, el cine es mito, fantasía.  Los espectadores nos hipnotizamos al mirarlo, nos creemos sus técnicas y no nos saciamos de ellas.  Las tragamos como si fueran chocolate caliente. 
El cine seduce con sus historias,  flirtea con sus tecnologías, y a fin de cuentas es narciso.  A  veces se va al cine por el mismo cine: a ver el nuevo efecto tridimensional, a mirar la nueva pantalla.  Los espectadores somos seducidos por la imagen, y es difícil no mirarla cuando su fin es ser mirada.   
Tanto en la vida como en el cine se busca seducir.  Se busca hipnotizar.
Todas nuestras acciones sirven para obtener ciertos fines, y estos fines siempre buscan la aprobación ajena y propia.  Es por esto que seducimos la vida,  tal y como ella seduce a él y como el cine seduce a sus espectadores. 
Somos frágiles ante el deseo, ante la imagen y ante la carne.  Esto es así, el sexo mueve el mundo. 
A fin de cuentas, todo es una ilusión:
Es un momento en la vida, y el momento, efímero como se caracteriza, siempre se termina, y se va.   Y así termina su danza y su ritual, y él despierta del delirio al ver el cuerpo de ella desnudo, y deja de mirar.  El momento culmina, y solo queda la ilusión de pensar en el surgimiento espontáneo de algún otro momento, donde por un momento, ambos puedan estar conectados otra vez. 
El dejarse seducir es instintivo.  Con una mirada se atrapa la presa. 
Los espectadores seguimos mirando y nos dejamos seducir. 
Vamos al cine para sentirnos conectados.  No solo con nuestra realidad, si no para buscar conectarnos con la realidad que nos es contada.  De este modo evadimos nuestra soledad, y nos sentimos acompañados en el mundo y en la vida. 
Pasamos incontables horas entreteniéndonos y mirando películas.  Las utilizamos de temas de conversación y nos conectamos aún más con los demás.     Seducimos con nuestro intelecto.  Y todo es una farsa. 
Pero es la mentira que nos une. 

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LLÁMALO, X, NO QUIMERAS

Cristina Martínez Pérez
Llevo desde el miércoles cuestionándome la similitud que existe entre el cine y la vida e intentando relacionar todo esto con las escenas de la película.
Hay gente que afirma que el cine es recreación exacta de la realidad. Partiendo de la base que la monotonía inunda a una gran masa de población hoy en día, toparíamos con argumentos soporíferos que no engancharían al espectador. Por el contrario, si una persona va al cine a recrear sensaciones que anhela (pero con vidas ajenas) la cosa comienza a cambiar. He recalcado varias veces la palabra sensación, puesto que como seres humanos nuestro estado emotivo varía de la entrada a la salida de la proyección. No se puede NO sentir.

A esto va unida nuestra escondida faceta voyeur. Al igual que Robert de Niro observaba a aquella bailarina tras una rendija, nosotros, al hacernos partícipes de la película, espiamos a una serie de personas que no pueden traspasar la pantalla y percatarse de que estamos hurgando en sus vidas. Algo mágico y único de la sala de cine, y que me ha llamado la atención desde pequeña es la oscuridad. Recuerdo estar viendo con mis padres alguna película en la televisión y no saber que expresión facial poner ni dónde mirar en el momento que aparecía alguna escena algo subida de tono. Eso nos lo ahorra la butaca, el hecho de tener que dar explicaciones. Los hermanos Lumiere pudieron transformar el cine de Edison en un acto social, grupal; sin embargo nunca se pierde la intimidad (el que está sentado a tu lado no tiene por qué percatarse de tu excitación, ni tú de la suya).
Erase una vez en América. Al tratarse de una pregunta tan etérea, no sabía si hablar de la transformación del espectador en un voyeur, de la excitación, del entretenimiento… Así que he tratado de construir un mini-compendio de las ideas, reacciones y sensaciones retenidas en mi desordenada cabeza y exponerlas en el papel.

Inevitablemente al relativizar acerca de si el cine en su esencia es un acto colectivo, o al menos aparentemente social, continúo ahondando en nuestra intimidad y me viene a la cabeza un verbo con el que siento una especial empatía, idealizar. Como hermanas, de la mano de la imaginación se encuentra la idealización, y la tendencia del ser humano a ansiar aquello que no está a su alcance. Un punto a favor del cine frente a la literatura, es que no es necesario que malgastemos nuestra energía en imaginar unos personajes y construir sus vidas; parte del trabajo ya está hecho. Las imágenes son el vehículo más rápido de entrada en nuestro particular mundo interno, lugar idóneo para crear una superproducción (de imágenes internas por supuesto) que probablemente sea más interesante que lo que observamos al levantarnos de la butaca. En muchas ocasiones resulta más hermoso no traspasar la barrera de la expectativa, y es posible extrapolarlo a varios ámbitos de la vida. Metafóricamente me remito a un niño que espera un regalo de navidad. La espera le crea una emoción que le hace desearlo con más y más fuerza hasta que llega. Después del día de Navidad, lo utiliza unas semanas quizás y pasa al baúl donde se amontonan otras tantas ilusiones navideñas.
Para nosotros un juguete puede hacer alusión al amor o a cualquier otra cosa. En un mundo globalizado como el nuestro, en el que no se sabe si actuamos como robots, conformando una masa que actúa por pura inercia (donde el cine es una evasión); o existe una esperanza en la minoría que percibe la belleza de un filme cuyas salas se vacían a los treinta minutos de proyección, nos topamos con un haz de luz. Sensación. Emoción. Excitación. Desde sus orígenes, el cine se ha convertido en una fábrica de regalitos sin distinción de edad o clase social; y con ello, vuelvo a hacer hincapié en que no se puede NO sentir. No está en nuestra naturaleza.
Menos mal que existe el inconformismo.

lunes, 24 de octubre de 2011

Cine y vida: el voyeur y la memoria (II)

El alumno Alfredo Novais, de 3º de Comunicación Audiovisual, nos entrega este escrito en relación a la secuencia de 'Érase una vez en América' propuesta:

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" Una vez vista la película en su totalidad y no sólo las dos escenas que visionamos en clase, he de decir que desde mi punto de vista estamos ante una película clásica del cine de gánsters con unas reminiscencias claras, aunque su director trate de evitarlo, a las dos primeras películas de “El padrino”. Lo que me gustaría destacar por encima de todo es la maravillosa banda sonora del gran Ennio Morricone que crea una atmósfera propicia para la larga historia que el director quiere contar y que raya la perfección potenciando los momentos de mayor intensidad dramática de la película.
                El tema de la película estaría a medio camino entre la amistad y el amor ya que son dos fuerzas que se cruzan, mezclan y chocan a lo largo de toda la película. Pese a ello, debo decir que para mí la historia principal que la película quiere contar, no es la de un grupo de chavales que desde la miseria ascienden a la cima, si no la brutal historia de amor entre Noodles (personaje interpretado por Robert de Niro y Scott Tiler) y Deborah (personaje interpretado por Elizabeth McGovern y Jennifer Connelly) .
(...)
                 Desde mi punto de vista la conexión de esta secuencia con la vida es muy complicada  de determinar. Está claro que lo más importante de esta escena es el pasado que tienen en común Noodles y Deborah, y como un anciano Noodles se asoma al agujero del baño para recordarlo. Con el simple hecho de asomarse al agujero, Noodles se asoma a sus mejores años y a la mujer de su vida, a la que perdió y sólo pudo tener ejerciendo la violencia contra ella. De cierto modo el agujero representa para él lo que puede representar para cualquier persona los recuerdos de su vida grabados y proyectados en la pared, es decir, no necesita meter un dvd en un proyector, él puede acceder a sus recuerdos sin darle al play, los lleva grabados a fuego en el alma  y el agujero es sólo la espoleta que se los hace recordar.  Al mismo tiempo que recuerda como Deborah bailaba, a Noodles le vendrán a la mente los motivos por los que la perdió: por anteponer la amistad que tenía con su banda criminal, en especial con Max, y su apego a la actividad criminal que juntos desempeñaban. Noodles es consciente de que perdió a Deborah por no renunciar a sus amigos y a sus fechorías. Si lo hubiese hecho, hubiese tenido una vida mucho más feliz al lado de Deborah. También se podría considerar esta escena por la belleza onírica que tiene desde el momento que Leone hace un zoom in hacia Deborah bailando, como un sueño que el propio Noodles haya tenido en una de sus sesiones de cata de opio en el teatro chino. Numerosos críticos consideran que la película termina con Noodles en el teatro chino fumando opio tras delatar a sus amigos, y que los recuerdos que él rememora en ese lugar son solo imaginaciones que  tiene a causa del opio. Noodles necesita castigarse por la muerte de sus amigos y utiliza la vía de los sueños o pesadillas para hacerlo, por lo que según defienden estos críticos, la parte que va desde que el Noodles anciano regresa a la ciudad hasta que Max se arroja al camión de la basura es ficticia, es solo un sueño de Noodles. Desde mi punto de vista lo que defienden esos críticos es interesante, pero no lo comparto ".
           

martes, 18 de octubre de 2011

Cine y vida: el voyeur y la memoria (I)

Decidí comenzar un nuevo curso de Historia del Cine con una de las secuencias más envolventes de esa maravillosa película que es 'Érase una vez en América'. Noodles, el derrotado personaje que interpreta Robert de Niro, regresa a un lugar destacado de su infancia, el bar judío que regenta su gordinflón amigo. Han pasado los años, la resaca se administra con sabor amargo, lo que pudo ser y no fue, los recuerdos, la maldita memoria, las viejas heridas del alma no cicatrizan y demasiados muertos en el armario. Sin embargo Noodles, a través de esas estancias, de las fotografías que cuelgan en el bar, como la magdalena que mojó Proust, recuerda la deliciosa sensación que era espiar por una rendija de la pared del baño a su amor imposible, la bella Deborah. Deborah, sabia, como una mantis envolvente de labios rosas, sabe a lo que juega, musita palabras sacadas del Cantar de los Cantares, se amasa el joven sexo de un agilipollado chaval en aquellos años de ley seca.

Pues bien, tras el visionado de esta escena, con el silencio instalado en la clase, todos intuímos que acabamos de presenciar la revelación de un secreto, de la intimidad de Noodles. También nosotros hemos mirado por esa rendija, somos espectadores privilegiados de aquel rubor, de la inocencia que mezcla el olor a sangre y las primeras pajas. De esta forma el cine se contagia de vida, la vida es cine, y el voyeur que es Robert de Niro -también cada uno de nosotros- reconoce que cada recuerdo de nuestra memoria es un fotograma preciso y precioso.

Hasta aquí mi relato. Dejemos que algunos de mis alumnos de la asignatura reflexionen acerca de esta mixtura casi platónica. El mito de la caverna, ya saben.

Nico Grijalba