viernes, 19 de noviembre de 2010

Al gran Austrohúngaro

Adiós a Berlanga, Fallero Mayor del Reino. De su propio reino: anarquista burgués, erotómano mediterráneo, púlpito costumbrista con látigos de sátiro. España es berlanguiana como Goya se miró en los espejos del Callejón del Gato. Capaz de sonrojar a todo un régimen, Franco se permitió decir de él que ante todo, ese cineasta, “era un mal español”. ¡Bendita maldad! De su última película, París-Tombuctú, ese artefacto pirotécnico que resume sus obsesiones perpetuas, destaca como ninguna otra la última secuencia. Esa en la que leemos una pintada abrumadora sobre la silueta de un toro de Osborne: “¡Tengo miedo!”.

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